Thursday, April 30, 2009

10 años de los Clubs de Trueque

Aunque EL APEADERO es un Club de Trueque con características especiales (sólo se hacen intercambios relacionados con la creación artística), no hay que olvidar que estos clubes nacieron en Argentina hace justo ahora 10 años. Al menos de manera oficial, pues hay quien dice que ya se habían estructurado antes y que en algunas ciudades de ese país ya funcionaban con regularidad antes de ese nacimiento generalizado del 1999. Queremos recoger, para celebrarlo, un artículo de la revista digital AUTOSUFICIENCIA en el que los protagonistas de ese nacimiento hablan y valoran el décimo aniversario.

El 1º de mayo festejamos la creación del Club del Trueque con una gran megaferia en Bernal, la ciudad donde nació.

Y cumplimos diez años. Parece mentira, pero es así. Una década en la que ocurrieron muchas cosas que los argentinos han capitalizado para beneficio de su rica historia. Una década en la que el Club del Trueque estuvo presente como testigo y actor de acontecimientos que vivimos con angustia pero con voluntad de cambio. Sin duda ha sido un fuerte aprendizaje.

Ya nadie imagina gobernantes iluminados con aire paternal o recetas mágicas para vivir mejor. La ciudadanía aprendió la lección y se convirtió en una de las sociedades con más iniciativa, autonomía y vigor democrático. Todo esto en un mundo que nos mira mezclando sorpresa y desconcierto. Pertenecemos a un pequeño club de naciones que han tenido que atravesar crisis de toda índole para entender que la única posibilidad de transformación está en manos de cada uno y que si a esa chance se le suma la labor solidaria toda acción que se inicie se verá potenciada. Y aunque no lo creamos debemos convencernos de que eso está ocurriendo en la Argentina.

Asumamos que hoy se tiene conciencia plena de acontecimientos que antes pasaban inadvertidos. Hoy enfrentamos los problemas. Por supuesto que eso no significa poder resolverlos pero al menos se tiene noción de que existen. El hambre, la desocupación, la inseguridad, la contaminación ambiental, la educación, los derechos humanos, la justicia son incuestionables tópicos de una agenda que desborda en cualquier institución de la comunidad o gobierno estatal. Quizás en el futuro haya menos paliativos para resolver los conflictos y más medidas de fondo. Ojalá.

El Club del Trueque ha intentado sumar soluciones en ambos sentidos. En el corto plazo conteniendo la explosión social como ocurrió en el período octubre 2001-mayo 2002 (que para muchos observadores podría haber culminado en una guerra civil). ¿Cómo? Pues ayudando a vincular vecinos, familiares y ciudadanos en general en esa suerte de refugios que se dieron en llamar “clubes de trueque”. Con la templanza de los prosumidores y coordinadores más fogueados, formados en pequeños nodos que hasta ese entonces no eran más que un puñado en todo el territorio nacional y que tenían la convicción de que la reciprocidad podía dar respuesta a la crisis. Y no se equivocaron. Porque aunque no padecimos una guerra o una catástrofe natural los resultados del “tembladeral financiero” generaban los mismos efectos que un terremoto, un tsunami o un bombardeo con misiles.

Hoy, cuando oímos a los bonistas o los vemos protestando frente a los bancos de la city, lo que estamos escuchando son los ecos de esa tragedia. Para morigerarla se compraron cientos de toneladas de alimentos que asistieron a los más vulnerables en distintas ciudades del país. Se apoyaron empresas, que en procesos de quiebra o convocatoria de acreedores, encontraron en el trueque una salida posible. Hasta algunos municipios recurrieron al trueque para no paralizar tareas impostergables que debían llevarse adelante en los barrios. Por otra parte no olvidemos la labor de capacitación e instrucción realizada a través de cientos de títulos editados que difundieron conocimientos útiles para ser aplicados en emprendimientos productivos o en la vida cotidiana. Concretando proyectos de tecnología socialmente apropiada en distintos puntos del conurbano bonaerense y de todo el país. Y siempre acompañados con el trabajo en Internet, que día a día, expandió el trueque a todos los rincones convirtiéndolo en una verdadera red.

A su vez, en el largo plazo, se propuso desde el Club del Trueque una discusión profunda sobre la nueva lectura de la economía que todos los participantes o usuarios han podido poner a prueba. Con un sistema monetario diferente que pudiera sostener las relaciones entre los individuos con bases sólidas y sustentables. En eso seguimos y creemos firmemente. Sabemos que la organización adquirió visibilidad en el país y en el exterior por el escenario de caos económico y siempre entendida como mero paliativo social. Sin embargo las más importantes contribuciones del “Club del Trueque” serán los aportes conceptuales para una economía nueva.

Una economía que deberá contemplar y dar respuestas a diversos interrogantes de la sociedad: el crecimiento de la población, la crisis energética, el cambio climático, la brecha tecnológica etc, etc. Será ese el momento en el que las experiencias que hayan tenido lugar en el “Club del Trueque” adquirirán valor experimental convirtiéndose en un valioso aliado para la corrección de esas desviaciones que tiene la economía. Cambiando quizás algunas reglas y fundando nuevos acuerdos. Valorando las vivencias de una trama ciudadana que supo albergar a millones de argentinos durante la tragedia bancaria de principios de siglo. En un país en el que se exportan alimentos para trescientos millones de personas pero que paradójicamente no logra evitar que miles de niños y ancianos se mueran por desnutrición.

No nos cabe duda de que un riguroso análisis científico arrojará resultados sumamente alentadores que han tenido lugar y lo seguirán teniendo en el Club del Trueque. Nos permitirá imaginar otras alternativas que aún no han sido exploradas en los mercados. Nos permitirá bucear en mecanismos para mejorar la convivencia social. Todo ello redundará finalmente en una postergada reconciliación de la humanidad con el planeta y consigo misma.

Por todo, bien vale la pena seguir adelante y para este 1º de mayo, día del trabajador, gritar un ¡¡Feliz cumpleaños Club de Trueque!!

Sunday, April 26, 2009

Teatro en cualquier parte

Os recomendamos hoy que miréis este vídeo que nos pasa Silvana. Es una muestra de que el teatro se puede hacer en cualquier espacio, y de que sólo hacen falta voluntad y trabajo. También nos hizo gracia el hecho de que el espacio no convencional que escoge esta compañía argentina es una estación o un apeadero abandonado. Un apeadero que bien podría ser el nuestro. Disfrutad de la propuesta.